La Rez@k@: Llorando y pataleando

Mi apreciación en un pequeño vistazo al contexto político de los últimos meses en nuestro país y a la resaca post-electoral.


Hay gente que no acepta cuando algo aparentemente va en contra de sus intereses o de sus gustos, gente que le gusta llorar y patalear deprimiéndose antes de tiempo ante una realidad no adversa, sino incierta, es lo que algunos llaman incertidumbre.

Así comenzamos este mes con la resaca de unas elecciones presidenciales muy peleadas, entre dos opciones nada agradables para muchos, que se ganaron en el último momento y con un resultado "semi-apocalíptico".

El ganador de estas elecciones, cuyo terrorífico escenario se decidió por el voto de los ignorados y de ninguna manera de los ignorantes, fue el otrora perdedor de las del año 2006, el comandan

te en retiro Ollanta Moisés Humala Tasso. Esta contienda causo la división de un país y su desenlace por ende desembocó en dos caras: por un lado poco más de medio país sonriendo y el otro resto llorando y pataleando desconsoladamente.

Era como si a este segundo grupo del país el mundo se le viniese abajo frases como "ya nos jodimos", "Perú pobre de ti", "Perú = Venezuela", "me voy del país", "Adiós progreso" o insultos del tipo "Que decepción, que ignorantes", "Imbéciles porque votaron así", "jodieron al perú" y todo tipo de acusaciones, culpas y señalamientos inundaban las redes sociales, las paginas de opinión de los diarios y todo medio posible, pero la suerte estaba echada, muchos ya "presagiábamos", no sé si sea presagio cuando uno tiene la información antes que otros, este resultado pero nadie nos creía y al cumplirse sólo decidimos reír.

Sin embargo, hubo un factor determinante para mi decisión, un factor que ya mencioné y que se encuentra ligado a mi carrera: Tenía la certeza de que si todos esos medios de comunicación se enfilaban con el fujimorismo antes de ser gobierno, luego no habría ningún reparo en volver al escenario mediático más sucio y degradante que hemos tenido, el escenario de los 90s, precio que yo no estaba dispuesto a pagar sólo por, en teoría, mantener un crecimiento macro-económico y fue ese factor el que me llevo a decidir mi voto. Imagino que cada uno del 11% indeciso que termino decidiendo la elección tuvo sus motivos y los respeto.

Post-Mortem: La Resaca Electoral

Luego de las elecciones vinieron las pataletas y miedos de mucha gente comenzando por un grupo de inversionistas de la bolsa que decidió individualmente retirar su inversión. Una caída estrepitosa, la más fuerte en los últimos 20 años, basada en la "incertidumbre" que generó el triunfo de un grupo con grandes críticas y diferencias al sistema económico actual. Se exigió, en tono de niño malcriado, al presidente recién electo que diera los nombres de ministerios claves, pataleta a la que el nuevo mandatario no cedió.

Pero fuera de este sector económico, como ya mencioné párrafos arriba, la población en general entró en un estado de bebito llorón augurándole al país la peor de las suertes y por ende también a ellos mismos. Este es un estado que no nos llevaba a nada fructífero solo se generaron más ataques extemporáneos e inútiles entre posiciones fuera de lugar, ya habían acabado las elecciones y no había marcha atrás no reconocer y aceptar el resultado era solo un sinónimo de intolerancia y era a la vez desconocer la voluntad de la mayoría y como siempre querer relegarla.

La historia de una nación y su futuro lo escribe su pueblo con su trabajo y unión y no un gobierno o un presidente o sus autoridades, sin embargo el papel que ha asumido el pueblo durante años es el de culpar al estado y sus instituciones de nuestros problemas y ese es un papel que se debe abandonar cuanto antes pues no es el estado el único culpable de nuestros problemas sino también el poco conocimiento que tenemos de nuestro propio pueblo y su diversidad cultural y la poca vocación de unión y sacrificio por el país.

Es el momento de cambiar el chip y comenzar a poner el hombro ¿Por Qué ahora? porque es un momento crítico en el que el próximo paso que demos es decisivo en nuestro futuro, si pretendemos crecer como nación no se necesita solo una bonanza económica, sino una mejor repartición de los bienes y esto concatenado a la presencia de una identidad que nos unifique en un solo objetivo.

Así que el momento de llorar y patalear ya pasó, hay que levantarse, caminar, trabajar y avanzar todos juntos de lo contrario estaremos condenados a repetir nuestra historia y nunca escapar de la pobreza mental que es la más extrema en nuestro país.

Es hora de trabajar, por mi Perú, el tuyo y el de todos. Ha llegado el momento de darnos un duchazo de humildad y unirnos en pro del beneficio de nuestro país, era hora de quitarse los polos blancos, los rojos, los naranjas, los amarillos y tatuarnos todos en la piel la palabra PERÚ como insignia de cual debe ser desde hoy nuestro máximo interés.








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